Cuando la regla no es más que la regla.
“Todas las mujeres conciben ideas,
Emilia Pardo Bazán
Pero no todas conciben hijos.
El ser humano no es un árbol frutal
que sólo se cultive por la cosecha”
Durante muchos años mi regla no ha sido sólo el desprendimiento natural del endometrio que marca el final o el inicio de un nuevo ciclo menstrual. Un hecho físico (bastante putada, porque no decirlo) que a muchas mujeres nos toca vivir desde muy niñas. No. Durante mucho tiempo la regla para mí ha sido la confirmación mensual de un cuerpo ineficiente, de un mecanismo lisiado incapaz de generar vida y, por tanto, algo muerto por dentro. La regla ponía el punto y final a dolores de pecho que «quizás significaban», a retortijones de «hay quien dice que», a náuseas de «esto sí que sí» o a barrigas hinchadas estudiadas de perfil en el espejo. Era un nuevo EPIC FAIL. ¿Y a continuación? Preguntas y más preguntas. Pero, ¿por qué? ¿Por qué no pasa? ¿Qué hago? ¿Qué no hago? ¿Lo quiero demasiado? ¿Lo quiero poco? ¿Será por las birras? ¿El cilantro del guacamole? ¿De verdad puede no pasarme NUNCA?
RESET.
Empieza una nueva partida.
Al principio buscaba sin saberlo. Ni planificación ni nada. ¡Si pasa, pasa! Zas, no pasa. Después ya puse más atención, empecé a apuntar cuando «me venía», a calcular mentalmente los días fértiles. Nada, tampoco pasa. Oook, a ver qué apps tenemos. Descargo «Mi calendario», «Flower power», «Fertilicalendar», «Apunta, dispara y corre». Y a partir de ese momento, entre la cita con la dentista y la reunión con tal cliente me sale el aviso: ¡KIKI!
Pero siempre vuelve, puntual como un reloj: Toc, toc. Hola. Soy tu regla.
Y de nuevo aquel vacío que baja a plomo del corazón al útero. Sangriento y sordo a tus palabras, a tus deseos.
EPIC FAIL. RESET. KIKI.
EPIC FAIL. RESET. KIKI.
EPIC FAIL. RESET. KIKI.
(Y aquí va un bucle de años)
Hoy: Toc, toc. Hola de nuevo, regla…
¡No te esperaba!
Y es entonces cuando me doy cuenta de que la regla vuelve a ser sólo eso: el desprendimiento natural del endometrio que marca el final o el inicio de un nuevo ciclo menstrual.
Que sí, que siempre será un poco putada. Por las bragas manchadas y los ibuprofenos. Pero ahora no es más que eso: un cuerpo cíclico, mi cuerpo. Perfectísimo como es. Y nada más.
Y me siento completa, feliz y en paz.
¿Toc, toc?
Pasa, pasa, ¡que te enseño el pisito!
excelente
Me encantó esta forma de relato, y finalizar aceptando un cuerpo cíclico y perfecto!!!
Gracias por la luz al final del tunel
Felicitaciones por tu sentido del humor, muchas veces tan buen compañero en momentos dolorosos y por tener la capacidad, seguramente despues del trasncurrir del tiempo, de ver a tu cuerpo, perfecto, asi como es!
Un placer leerte, y leerte en paz y feliz.
Un gran abrazo.
Olaya