Quería escribiros unas letras, en plan Postal de Navidad. Quería que fuera inspiradora para las fechas que vendrán.

Que fuera algo útil para surfear las fiestas, pero creo que me ha salido un poco reivindicativa.

Ahí os la dejo.

 

Seguir adelante como una mujer sin hijxs que quiso ser madre y no lo fue, no es fácil.

Es darte cuenta que a veces por mucho que te esfuerces, será imposible conseguir lo que te propones.

Y a veces será la primera vez, en muchos casos, que descubras que no puedes controlarlo todo.

Eso escapa a tu control.

Pasada la primera evidencia, requiere grandes dosis de aceptación.

Hay que acoger la pena que vendrá. Y que será inversamente proporcional al amor que sentías por tu sueño de maternidad.

Más tarde, te pone en el trance de decidir si te vas a quedarte ahí, llena de rabia, de pena, de vergüenza… (Puedes añadir lo que sea que sientas aquí) para siempre, o por lo contrario, y a pesar de todo, vas a seguir adelante y vas a integrar esta pérdida en tu camino de vida.

Es un momentazo.

Decidas lo que decidas y respetando tus tiempos de duelo, el camino no es fácil para nadie, siempre habrá situaciones que te van a llevar al límite.

Sin ir más lejos se acerca el acontecimiento del año: La Navidad, y si no te lo habías planteado antes, se celebra un nacimiento.
La primera historia universal del bebé milagro.

Empezamos mal, ya no encajamos en el primer motivo de celebración!!

Pronto, cada vez antes, se empieza a percibir cambios en el ambiente: Luces en las calles, escaparates adornados, anuncios en la TV, en la radio…

Es una época dura para nosotras.

Debemos prepararnos para la montaña rusa emocional que esas fechas nos despiertan.

Piensa ante todo que nos conecta directamente a nuestra infancia, a nuestros recuerdos navideños particulares, la magia, los regalos, la atención especial, la emoción de la noche de Reyes.

Conecta con cómo nos imaginábamos nuestra vida, y con cómo es.

Conecta con reencuentros familiares, con cómo me expongo a las preguntas indiscretas de los demás.

Sin duda, debemos prepararnos.

Algunas sugerencias…

Frente a preguntas indiscretas. Contestaciones rápidas, hábiles, implacables, elegantes, pero sobretodo que deje clara la idea de «no creo que sea el momento de hablar de esto ahora». Empieza a imaginar respuestas.

Hay que revindicar que a las mujeres sin hijos no se les hagan preguntas sobre los planes de sus úteros en las comidas navideñas.

También reivindicaría que a las personas sin hijos i/o sin pareja se les pregunte solo por las cosas que tienen (planes, proyectos, viajes, mascotas, hobbies) y no, por las que no tienen.

Reivindico que incluyan en los anuncios de familias felices de Navidad, mi tipo de familia interracial. (Mi pareja, mi gata, y yo).

Reivindico el autocuidado. Si una no se siente capaz de enfrentarte a esas sobremesas eternas, anuncios de embarazos, criaturas nuevas o…  (Añade aquí lo que quieras), pueda no asistir, sin sentir culpa por cambiar el plan por una escapada con amigos o en pareja.

Reivindico que nosotras también podamos disfrutar de nuestro espacio navideño y redefinir la Navidad, una que nos vaya bien a nosotras.

A fin de cuentas… Jesús tampoco tenía hijxs.

Eres una mujer fuerte, saldrás de esta, no lo dudes.

Mis mejores deseos navideños preciosa.

Y ya sabes, tienes un montón de cosas buenas en tu vida, y además a tu tribu

Te abrazo

Salud y Feliz Navidad

Gloria Labay

 

Photo by Jessica Lewis on Unsplash

 

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